Encuentros Internacionales

V Encuentro Internacional de Banda Ancha y Cable Modem

Los días 7 y 8 de Abril, en el Hotel Presidente de la Ciudad de Rosario, se realizó el V Encuentro Internacional de Banda Ancha y Cablemódem, donde se analizó el impacto negativo de la Ley de Medios en la democratización de Internet y el desarrollo de la Sociedad del Conocimiento.

En esta oportunidad, el Encuentro Internacional de Banda Ancha y Cablemódem, tuvo como eje el impacto de la Ley sancionada en el desarrollo y democratización del acceso al conocimiento y la evolución de la Industria.

La modificación en las reglas de juego generada por la Ley produce diversos efectos sociales y económicos en el principal impulsor del acceso amplio a la comunicación, la cultura y el conocimiento.

Así, entre otras temáticas, el Encuentro propuso debates que involucran a todo el sector a través de las opiniones de especialistas, políticos, y empresarios.

Las redes digitales de televisión por cable y una nueva ley

La industria del Cable en la Argentina muestra el proceso de desarrollo más dinámico de América Latina. Nuestro país presenta los niveles de penetración más elevados de la región y precios en el rango inferior de los países de America Latina. Esta situación expresa una intensa dinámica competitiva del sector que compite en sus diversos productos con otras plataformas como el satélite en televisión paga y la red de telecomunicaciones en Internet. En estos momentos la industria puede ser desarticulada por la nueva Ley de Medios, que limita el desarrollo del Cable en pos de beneficiar a los monopolios de telecomunicaciones.
El Cable y sus redes digitales son un activo estratégico que el país ha consolidado merced a la iniciativa privada, sin subsidios ni protecciones de ningún tipo, con un nivel de desarrollo comparable al del primer mundo, con operadores privados de capital nacional y con potencial para competir en el mercado de la banda ancha.

El Cable no usa espectro
La nueva Ley establece para el Cable un estricto régimen de licencias, cuando las transmisiones son por vínculo físico y no usan un bien limitado como el espectro radioeléctrico.

La ausencia de una regulación excesiva para la industria de la TV por Cable en el país, es una de las principales razones de su explosivo desarrollo en los últimos 20 años. Pero, mientras la tendencia en el mundo va hacia una mayor flexibilización de las autorizaciones para los servicios que no usan espectro radioeléctrico, la Ley argentina crea una regulación rígida, que desalienta la instalación de redes alternativas de telecomunicaciones, y fragmenta y reduce el área de servicios de las empresas.

Esta normativa consagra una discriminación negativa en pos de las empresas telefónicas, que heredaron la red pública dominante y gozan de una licencia indefinida en el tiempo, mientras que a sus potenciales competidores, a los que se debería promover, se le pone un límite de 10 años. Alentar las inversiones millonarias necesarias para una red digital alternativa, precisa de racionalidad, previsibilidad y seguridad jurídica que no vendrá de una autoridad administrativa con poder discrecional para poner en juego una red física que involucra sofisticados activos y tecnologías. Una regulación apropiada para licencias que no ocupan espectro radioeléctrico, consistiría en un sistema de permisos renovables indefinidamente, siempre que la empresa cumpla con sus obligaciones.

La amenaza de las cooperativas de servicios públicos
La nueva Ley habilita el ingreso a la TV por Cable de cooperativas, que explotan servicios públicos de telefonía o distribución de electricidad en condiciones monopólicas en sus regiones de operación. Esto desplazará de los pueblos del interior a las PYMES de TV por Cable.

Desde su monopolio, las cooperativas podrían practicar conductas predatorias y anticompetitivas: (i) “subsidios cruzados” entre la actividad monopólica que desarrollan y la TV por Cable, para desplazar al competidor de este último mercado; (ii) “precios predatorios”, que afecten la estabilidad del servicio del Cable PYME; (iii) "prácticas atadas", imponiendo el servicio en competencia a sus clientes cautivos; (iv) negar a sus competidores “facilidades esenciales” (acceso a los postes; interconexión) para el desarrollo del Cable e Internet.

Como todas las cooperativas, estos monopolios locales de servicios públicos además tienen privilegios impositivos y normalmente reciben créditos blandos; ventajas que no tiene una empresa PYME. Los operadores de Cable se han desarrollado en intensa competencia y desean marcos regulatorios racionales y equilibrados. Las cooperativas telefónicas disponen de privilegios impositivos y de protección de mercado por décadas, impidiendo la competencia en los sectores eléctrico y de telecomunicaciones, excluyendo la competencia potencial de la industria del Cable. La regulación pública no atiende a estos injustificados desequilibrios y atenta así contra el bienestar de los consumidores.

Las PYMES del Cable, para desarrollarse en beneficio de los ciudadanos y los sectores de la creación de contenidos, necesitan que se respete el acuerdo alcanzado con la sanción de la Ley 26.053 del año 2005, que permite otorgar licencias a entidades sin fines de lucro y rechaza el ingreso de las que prestan servicios públicos donde haya un operador de Cable. En su defecto, debemos participar desde hoy del diseño de una Ley adaptada a la industria de medios genuinamente competitiva y dinámica, sin prejuicios, y pensando en el futuro. Esta legislación de medios es inadaptada para el desarrollo de la industria.

Límites al desarrollo de la red de Cable
La nueva Ley argentina incorpora límites al desarrollo de la red digital alternativa, en vez de propender a una plena digitalización de la población con opciones competitivas. Esta legislación genera una discriminación en detrimento de la plataforma de servicios por Cable, competidor natural y eficiente de las redes de telecomunicaciones en los servicios de banda ancha y telefonía.

Establece un límite de 24 licencias, restricción inexistente en los países que cuentan con una dinámica industria de medios. No hay razón tecnológica, económica o de diversidad que justifique este límite. Mientras, las empresas de telefonía fija, celular (en este caso, sí usan espectro), o de TV satelital pueden llegar a todo el territorio nacional, sin la restricción del Cable a 24 localidades.

Igualmente, no es lógico limitar la expansión del Cable al 35% de abonados, que conspira contra la eficiencia del sector, no sólo en la oferta de TV por Cable sino también en el indispensable desarrollo de Internet. Se daña así de forma definitiva la competencia existente en la provisión de acceso a banda ancha. En poco tiempo, las consecuencias las pagarán los ciudadanos en precios, diversidad y calidad. No es así como nuestro país reducirá la brecha digital entre sectores sociales con acceso y sin acceso, ni tampoco la brecha digital con los países con regulación inteligente. Los argentinos debemos combatir el analfabetismo digital y no impulsarlo.

Una nueva regulación
Se debería diseñar, de cara al futuro, un régimen de transición que asegure una competencia equilibrada y racional entre varias plataformas tecnológicas y que no destruya un activo de desarrollo social: las redes TV de Cable. El objetivo de largo plazo debería ser que la “convergencia” conlleve beneficios para la competencia y los consumidores, y no depredación en el corto y mediano plazo.

La ley se encuentra suspendida judicialmente en su aplicación tal como se esperaba luego del apuro notorio de su tratamiento en el cual no hubo espacio para la reflexión y la defensa de ideas. Esperamos que, una vez reestablecido lo que es justo con el accionar del poder judicial, esto coopere y ayude para promover en el Congreso el tratamiento de una legislación consensuada. Debemos desarrollar una legislación que respete los puntos de vista de todos los actores -basada en el conocimiento de los especialistas de la regulación y de la industria - y que refleje con racionalidad el interés público.

ANEXO: Freno a la banda ancha y la pluralidad (Panel)

Locución: Vamos a dar inicio a la primera charla de la tarde, la segunda de este Quinto Encuentro de Banda Ancha y Cable Módem Internacional que estamos desarrollando aquí, en la ciudad de Rosario. Esta primera charla de la tarde, está referida al cambio de reglas, que representa un freno a la banda ancha y la pluralidad, vamos a contar con el invalorable aporte en la moderación de Daniel Celentano, quien es secretario de la Asociación Bonaerense de Televisión, organizador, anfitrión. Convocamos a Martín Lousteau, al señor Carlos Winograd y a Carlos Blanco. Le cedemos la palabra a Daniel Celentano como moderador de esta mesa: Cambio de Reglas: Freno a la Banda Ancha y la Pluralidad.

Daniel Celentano: Buenas tardes. Como hemos sostenido en diversas oportunidades y en cada momento, la ley de medios que ha sido sancionada a fines del año pasado compromete definitivamente el desarrollo de la industria del cable como red alternativa de comunicaciones y limita la competencia en banda ancha afectando negativamente a los consumidores en términos de diversidad, precios y calidad. Tanto en lo mencionado por el presidente en la charla de bienvenida, como en las presentaciones que se hicieron durante la mañana, ha quedado demostrado que en los 166 artículos que tiene la nueva ley no existe una sola mención al término Internet. Ha quedado también demostrado en las presentaciones de qué manera el texto sancionado contradice y se contrapone a la estrategia de crecimiento para el sector que tienen las legislaciones de los países avanzados. Ha quedado evidenciado también aquí el enorme esfuerzo que han hecho los cableoperadores a efectos de adaptar sus redes a la tecnología de última generación para prestar los servicios de valor agregado y de qué manera la norma afecta y desconoce, limita y definitivamente resquebraja el necesario equilibrio que debería existir en un mercado de alta competitividad. Definitivamente, la ley, de aplicarse, actuará resquebrajando el equilibrio que necesita el mercado. De aplicarse la norma el futuro será acceso para pocos a precios caros. Quedó también altamente demostrado en las presentaciones que se hicieron esta mañana de qué manera, cuando existen redes superpuestas, el cable módem tiene una mayor penetración que el ADSL; en consecuencia, hemos sostenido y venimos sosteniendo que necesariamente la norma debería contemplar todo este tipo de asimetría, ni hablar de las enormes diferencias que existen entre las empresas monopólicas de servicios de telecomunicaciones y los cable operadores independientes; situación que también se ven perjudicadas las pequeñas localidades con el ingreso de las empresas de servicio público, fundamentalmente de las cooperativas. Toda esta situación ha sido suficientemente tratada, seguramente la van a tratar los aquí disertantes. Rápidamente vamos a presentarlos para que puedan hacer uso de la palabra. Va a empezar, de acuerdo a lo previsto y consensuado, Carlos Blanco, que es consultor, experto en telecomunicaciones; posteriormente el doctor Carlos Winograd “Tito”, que es profesor en la universidad “Paris School of Economics” (Francia) y ex Secretario de Defensa de la Competencia de Argentina; y termina el doctor Martín Lousteau, que ha sido Ministro de la Producción de la provincia de Buenos Aires, presidente del Banco Provincia de Buenos Aires y Ministro de Economía de la Nación.

Carlos Blanco: Hola. Buenas tardes. Muchas gracias por la invitación a los organizadores y muchas gracias también por la presencia de todos ustedes. En esta oportunidad vamos a hablar sobre el triple play; en el título de la presentación le hemos puesto la disputa por el acceso porque entendemos que finalmente el planteamiento del triple play tiene que ver con no sólo que es el único producto que se repite, ya sea del lado de los operadores de televisión paga sino también de los de telefonía, es el acceso de banda ancha, que en definitiva el convencimiento del mercado es que va a ser el activo más valioso sobre el que se van a cursar múltiples servicios. Por eso queríamos empezar con esta primera lámina que muestra los siete mayores mercados de la Argentina y los grados de penetración por hogar de los tres productos que conforman habitualmente la oferta triple. En este caso es la televisión paga, la banda ancha y la telefonía fija. SI se observa puede verse que Argentina es de los países mejor posicionados en tanto es el segundo mayor entre estos siete analizados en cuanto a penetración de telefonía fija; es el segundo, muy cerca de Chile, en lo que es banda ancha y es el primero en televisión, por lejos. Hay quienes dicen que Colombia está en niveles similares, pero eso es una discusión bastante larga. En términos generales, entonces, puede verse que Argentina está muy bien posicionada. Más adelante vamos a hablar también por qué Argentina tiene una penetración de telefonía fija tan alta. Cuando vemos los grados de concentración de los grandes grupos de cara al triple play, el mercado de origen de estos operadores, en el caso de la televisión paga uno ve que hay concentraciones del orden de entre el 43% y del 80% en manos del principal holding. El principal holding puede incluir más de una empresa; en el caso de Brasil, por ejemplo, está el grupo O Globo, que junto a Telmex es propietaria de (…), (..), Embratel, todos operadores de televisión paga que tiene el grado de concentración más alto, cerca del 80%.

El segundo caso es Telefónica, en Perú, que tiene el 77%, pero luego, otro dato a destacar es que a pesar de las altas concentraciones son mercados relativamente fáciles de desafiar. Solamente vale recordar el caso de Argentina en el momento de la fusión de Cablevisión y Multicanal. Tenían una concentración de mercado del 55% y ahora están cerca del 47%, un poco menos. En el caso de México, Televisa también estaba años atrás bastante por encima del 60% y la competencia lo ha hecho bajar. Si uno mira el mercado de origen de las compañías telefónicas, en este caso los operadores incumbentes, y tras, más o menos diez años de los procesos de apertura, en algunos casos un poquito más en otros un poquito menos, ve que los grados de concentración son mucho más altos. En el caso de Chile es el más bajo porque hay una competencia desde hace más años y justamente su principal competidor es un operador de televisión paga, VTR. También vamos a hablar más adelante sobre cuando los operadores de televisión paga entran al mercado de telefonía y cómo rápidamente ganan cuota de mercado.

La tercer lámina muestra, justamente, el mercado en disputa que es el de banda ancha. Donde se ve lo que sería el color celeste —o por lo menos que yo veo celeste— es la participación de lo que es el ADSL, la tecnología de los incumbentes y de los operadores de telefonía tradicionales. En verde brillante es la cuota de mercado del cable módem. Más o menos uno ve que en la Argentina el cable módem tiene una cuota de mercado relativamente alta; esto es el conjunto de los operadores de cable módem no un operador en particular. Esta cuota, años tras año, se va disminuyendo. En el caso de Chile es un caso donde el operador VTR sí tiene una cuota significativa que pelea palmo a palmo con Telefónica y otros operadores. No sólo ahí uno ve que hay diferencias en la desafiabilidad del mercado del operador telefónico que a su vez le permite, gracias a esa mayor capilaridad, tiene mayor presencia en el mercado de acceso de banda ancha. También hay una diferencia, por ejemplo, en Argentina, de lo que son los niveles de ingreso de los distintos grupos. Acá hemos tomado solamente los operadores que presentan balance y cuya información es pública y vemos que cualquiera de ellos en forma individual es mucho más grande que, por ejemplo, Cablevisión, que es el mayor operador de televisión paga. En términos generales, si se sumaran estos tres grandes grupos: Telefónica, Telecom y la nueva América Móvil, son siete veces más grandes que Cablevisión. En términos generales, a nivel ingresos, la industria de telecomunicaciones es aproximadamente un poco más de cuatro veces más grande que la industria de televisión paga. Un indicador que tiene que ver con lo que decían hoy a la mañana y lo que decía recién el presentador de la mesa es el nivel de eficiencia. Si uno mira la cantidad de accesos de banda ancha, el porcentaje de accesos de banda ancha sobre la última milla en servicio del operador telefónico o del operador de televisión paga descubre que en gran parte de los países es mucho más eficiente el operador de televisión paga en banda ancha que el operador Telefónica. Me refería a que esto permite inferir que donde compiten palmo a palmo el operador de televisión paga gana lo que sería banda ancha en la competencia. Uno puede ver Brasil y Chile, los niveles de eficiencia son altísimos. Allí hay una competencia muy fuerte. La otra excepción es Perú donde el mayor sistema de televisión pagano ofrece banda ancha porque la propiedad y operadores es de Telefónica, es decir, decidió no tener competencia en ADSL.

Esta otra lámina es lo que les decía antes: la cuota de mercado de operadores de televisión paga que han entrado al mercado de telefonía; como les decía, en Chile es donde se registra la mayor cantidad de ganancia de mercado por líneas en servicio. En Chile VTR ofrece telefonía hace alrededor de diez años. Uno ve que los demás países tienen niveles mucho más bajos. Lo significativo es que en Brasil, Colombia hace dos años que ingresaron estos operadores, en esencia. En México puede decirse que el año pasado ingresaron; es decir, en Argentina, Perú los operadores han ingresado hace menos, no son los mayores operadores los que están ofreciendo este servicio; y en el caso de Venezuela, si bien hace bastante más tiempo se está dando telefonía a los operadores de televisión paga hay problemas cambiarios que no les permiten disponer de los dólares para satisfacer la demanda y bueno, es un problema para ellos. Esto era una simulación que habíamos hecho el año pasado en la que tratábamos de ver cuál sería el impacto de llevar la acumulación máxima de suscriptores de televisión paga al 35%. Nosotros veíamos que en aquel momento Cablevisión, que es el operador de mayor cuota de mercado en televisión paga de la Argentina estaba más o menos en el orden del 48% —estoy hablando del segundo trimestre del año pasado— y 25,70% en lo que era banda ancha. En ese caso el 25,70% estaba medido sólo contra Telefónica y Telecom, no contra el total del mercado. Por supuesto, hay una relación, que era la eficiencia de la que les hablaba antes que por cada suscriptor de banda ancha tengo x cantidad de suscriptores de televisión paga; entonces, si yo restrinjo la cantidad de suscriptores de televisión paga necesariamente va a caer la cantidad de suscriptores de banda ancha porque estos servicios se venden en paquetes, la televisión tracciona a la banda ancha. Como habíamos visto, también el cable tiene una ventaja de precios, o de calidad o de apreciación, que le permite ganar en los principales centros urbanos a los operadores incumbentes.

Acá la simulación es doble. Nosotros habíamos dicho ¿Qué pasa si este ajuste que no está especificado en la ley cómo se haría, se haría a nivel nacional? Bueno, la cuota de mercado de Cablevisión bajaría a menos del 19%; perdería mucha cuota de mercado. Ahora, Cablevisión tiene una gran concentración, o un buen porcentaje de sus clientes en el AMBA, lo que sería el área múltiple de Buenos Aires y allí tiene una mejor eficiencia en lo que es banda ancha. Si el ajuste se hiciera sólo en Buenos Aires la cuota total de Cablevisión bajaría a menos del 7% con lo cual sería un impacto...Seguramente está de más decir que esos usuarios eventualmente serían retomados por algún otro operador, pero las condiciones seguramente serían diferentes. Les decía, la telefonía en la Argentina, la telefonía fija creció mucho en el último tiempo; es uno de los pocos países de América Latina donde la telefonía fija sigue creciendo; y básicamente esta situación se explica por el congelamiento tarifario que todavía sigue vigente que hace que la telefonía sea muy barata. Entonces, vemos, tomando Argentina como país cero cuántas veces más sale una línea telefónica, el abono o el minuto en tres países donde también está operando Telefónica, que es el operador que hemos tomado de referencia y vemos que, efectivamente, es muy barato en la Argentina, lo cual crea una barrera también más allá del tema de los volúmenes, los operadores y demás el mercado de telefonía en Argentina se hace más difícil de desafiar porque hay una distorsión de precios muy grande. Esto ha generado, por ejemplo, además, que...

Este cuadro que está mostrando es la capacidad ocupada de líneas fijas, es decir, sobre las líneas instaladas cuantas están en servicio. Actualmente telefónica y Telecom tienen más del 95% de las líneas instaladas en servicio lo que ha generado una situación por la cual, seguramente muchos de ustedes sabrán que en barrios del gran Buenos Aires ya no se consiguen líneas fijas; es decir, la telefonía es muy barata. Tampoco se estimula al incumbente a invertir. De todos modos la telefonía es el servicio que está impulsando el empaquetamiento doble con lo que sería banda ancha, en el caso de las telefónicas en ADSL e incluso triple con una alianza con DirecTV.

El cuadro anterior y este básicamente muestran lo mismo que es: si tomamos la contribución de ingresos de los distintos rubros del balance de Telefónica y Telecom vemos que si sumamos lo que aporta los abonos más el servicio medido, que es el servicio local y de larga distancia nacional, más datos e Internet, que es el empaquetamiento doble, las telefónica empiezan a subir hasta casi el 75%; es decir, el empaquetamiento, si bien la telefonía hoy es muy barata, tengo más líneas, me está reportando, por supuesto, más dinero; es decir, también esto se ve como un impacto en el tráfico. El tráfico de llamadas por línea, según lo mide el INDEC, venía en franca caída a partir del 2001. Cuando empieza —el puntito rojo es más o menos setiembre de 2007— el empaquetamiento de productos de telefonía, telefonía plana —que ustedes lo habrán visto, incluso serán consumidores de esos paquetes— en ese momento el tráfico promedio de llamadas por línea se dispara. Entonces, no hay que se muy perspicaz para ver que la telefonía se convierte en un negocio de volumen, que es muy difícil desafiarla porque hay un problema de precio; a esto sumado que si el cable módem reduce, se ve afectado por la Ley de Medios indirectamente, bueno, la competencia del triple play va a ser bastante compleja. Bueno, eso era todo. Acá está mi contacto por cualquier consulta adicional y si no, si hay alguna otra pregunta la pueden hacer luego. Gracias.

Carlos Winograd: Buenas tardes. Primero que todo quisiera agradecer a los organizadores del evento que me han invitado a compartir con ustedes y los otros panelistas este momento de la industria del cable. También quería agradecerlos por incluirme en esta mesa porque después de la presentación de la primera mesa y las presentaciones más micro de Roberto Nobile y los otros panelistas pasamos a una descripción del mercado sumamente interesante en cuanto a la información estadística más relevante. Yo voy a poner muy pocos números, y con lo que ya se hizo desde el punto de vista de cómo opera una corporación dinámica en este mercado, los números del mercado global, voy a discutir la economía de la legislación que porta un poco esta mesa. Como ustedes habrán observado, gran parte de la discusión sobre la Ley de Medios ha sido una discusión encarada con algún grado de dominancia de mercado por algunas profesiones y no por otras. Nosotros, los economistas, que tenemos tendencia a ser u tanto imperialistas sobre las otras disciplinas, en ese caso, que es un caso de economía de la regulación, no hemos podido competir con las ciencias de la comunicación y algunas otras ramas y disciplinas del análisis de estas cuestiones. Entonces, tal vez algunas de las cosas que yo voy a discutir resulten más la albañilería económica pero creo que esta es la idea de lo de hoy. La agenda es discutir algunos de los conceptos incluidos en este texto, extremadamente extenso, que es la Ley de Medios, que el diputado Solanas definió como intrincado y farragoso —comparto con él que es muy trabajosa la lectura de este producto legislativo— y me voy a concentrar sobre algunos elementos. Las reglas de concesión, la duración y renovación de licencias al costado está a qué artículo corresponde; aparecen algunas cuestiones de manera repetida. El segundo tema, lo que se podría llamar las restricciones horizontales, es decir la simulación interesante que acaba de hacer Blanco sobre el 35% de límite de mercado o sobre los límites de (…); esto es lo que llamamos horizontales. Límites a la propiedad cruzada.

Ustedes saben que la ley prohíbe la propiedad de medios de emisión que no necesariamente son competitivos según las definiciones de mercado relevante, pero como la televisión paga y la televisión abierta, esto sería lo que llamamos propiedad cruzada. Y también la ley incorpora nociones de restricción vertical; y con esto hacemos referencia a las cuestiones de un distribuidor, como muchos de los que entiendo hay aquí, que pueda poseer contenidos o desarrollar contenidos propios para sí o para la venta a otros distribuidores; esto es lo que se llama integración vertical, que también está limitada por el Art. 45. Se ha discutido mucho sobre la autoridad de aplicación. Yo, en honor al tiempo, tal vez voy a pasar muy rápidamente, pero sí quisiera dejar una idea, que es la noción de fragilidad institucional que caracteriza nuestras instituciones. No tengo que explicar en detalle porque esto atraviesa, es casi una epidemia la caracterización de debilidad institucional de nuestro aparato público y regulatorio. El diseño regulatorio, el desarrollo de la industria y la globalización. Los argentinos por momentos nos olvidamos que la rueda se mueve y creemos que nosotros podemos sentarnos en el caballito de la calesita y estar solos siempre en el mismo lugar. Esta ley opera sobre uno de los sectores más dinámicos de la industria contemporánea; y el mundo avanza. Los datos de Blanco son extremadamente interesantes para ver la evolución del mercado chileno, por ejemplo, lo que está sucediendo y lo que no sucede en nuestro mercado.

La regulación de entrada para nuevos competidores, finalmente, y toda la discusión en torno de las empresas telefónicas. Pero empecemos con las reglas de concesión. De discute de las licencias, si son muchas, si son poca, si cómo las fijamos, etc. No escuché mucho —no tuve mucha oportunidad de que se me preguntara tampoco lo que opinaba— es si debe haber licencias. ¿A ustedes se les ocurre qué tipo de licencia tiene que haber en la industria textil? ¿Se discute mucho el marco regulatorio de la industria textil si debe tener licencias? ¿Por qué se discute de licencias? Si aquí, para ir rápidamente al elemento discriminante, es la escasez. Uno otorga licencias, interviene el sector público en la dinámica no porque se le ocurra —esa sería nuestra aspiración— sino porque hay una necesidad regulatoria que es la escasez. Hay servicios que utilizan espectro radioeléctrico: la televisión de aire, las telecomunicaciones; estos servicios como radio, TV abierta, otros, inalámbricos utilizan un recurso escaso, de manera que hay que asignar el recurso escaso, hay que tomar decisiones de cómo asignar este recurso. EN este caso resulta natural —después con las preguntas podemos ir al detalle— alguna forma de intervención pública para ver cómo se asigna este recurso y que no se apropie de él de manera anti competitiva y en contra del bienestar de los consumidores un solo jugador, una sola tecnología, etc. En este caso es correcto que se otorguen licencias porque es una manera de administrar racionalmente el uso de este recurso escaso. Y este es el fundamento básico de por qué en todo el mundo cuando hay espectro, de alguna manera se asigna, ya se por licitaciones, ya sea por venta directa...

Existe una enorme discusión en la literatura económica sobre la eficiencia y la optimimalidad de diferentes formas de distribuir la escasez. Ahora, hay servicios que proveen bienes similares que no usan espectro radioeléctrico. O sea, hagamos una comparación muy primitiva: el caballo es un medio de transporte que no tiene motor a combustible, puede transportar una persona, no necesita estaciones de servicio, un colectivo o un auto sí; los dos, de alguna manera son medios de transporte pero no tienen la misma tecnología. Entonces, hay servicios que no utilizan, el cable es uno de ellos, TV por cable y (..) y otros servicios de radiodifusión por vínculo físico. Al tratarse de servicios que no utilizan un recurso escaso porque no utilizan espectro no se justifica una regulación de licencias basada en el argumento con el cual estamos regulando espectro; puede ser por otras razones; puede ser por razones de economía urbana, el uso de la tierra, la ocupación del espacio público, pero no tiene nada que ver con la discusión que se ha instalado como una obviedad en este pseudo debate sobre la Ley de Medios.

Y lo único que se produce es costos para el consumidor. Vamos a ver que la existencia de licencias, la manipulación de los períodos de licencia, la incertidumbre en torno de la licencia la termina pagando el consumidor a través de las acciones que van a ser las empresas. Reglas de concesión, duración y renovación de licencias. En el marco de instituciones débiles, si yo tuviera que hacer esta conferencia en el exterior tendría que hablar muchísimo más de lo que significa instituciones débiles; en la Argentina casi todos podemos tener alguna intuición de de qué estamos hablando. Existe un severo riesgo de manipulación en el otorgamiento de licencias. No tenemos mecanismos establecidos institucionalmente robustos, transparentes que garanticen que el proceso de producción, oferta, renovación de licencias tenga una lógica asegurada. Sí genera la otorgación de licencias el excesivo aumento del poder discrecional de la autoridad regulatoria en estas condiciones. Los nuevos entrantes, alguien que quiere poner, invertir en cable o en algún servicio y que tiene que comprar una licencia no es suicida y no es una cuestión de moral; va a intentar anticipar la probabilidad que haya una discontinuidad en la licencia.

Si observa mucha arbitrariedad o imprevisión en el proceso de otorgamiento de licencia lo tiene que cargar en el precio. Aquí, supongo, hay muchos empresarios. Ustedes saben que si hacen un plan de inversión tienen que, de alguna manera, operar en el flujo de fondo para cubrir las eventualidades que pueden prever. Una eventualidad es la discontinuidad de la licencia y la pérdida del capital invertido o su perturbación. Esto tiene otro efecto, que es el que debería interesarle al experto en ciencias de la comunicación. Si la licencia puede ser sometida, ser inestable, obviamente tendré incentivos a alinearme lo más posible con la opinión del regulador para tratar de aumentar la probabilidad que el regulador no se tiente con perturbar la licencia lo cual conduce a reducir la diversidad de opinión, o en todo caso, a sesgarla.

Existe un riesgo en este sentido para la prensa independiente en estas situaciones. Reglas de concesión, duración y renovación de licencias. Aquí hay un impacto negativo casi obvio, muy significativo sobre los incentivos a invertir e innovar. Si existe una probabilidad positiva que la licencia que varíe en su período y en las razones por las cuales es prorrogad, digamos de simple a doble de un proyecto, a igual costo de la inversión simplemente puede producir una reducción a la mitad de la inversión potencial. Si esta es una industria de escala eso quiere decir que el precio que termina pagando el consumidor va a ser más elevado. El consumidor no ve la relación entre el precio y el producto que compra y la política de licencias; de manera que es difícil pedirle al consumidor que vote por las licencias porque es un proceso intrincado que entienda cómo le llega. Los actuales titulares de licencias, frente a la incertidumbre tienen pocos incentivos a mejorar calidad hasta finalizar el período.

Es decir que cuando comenzamos a acercarnos al período de finalización de la licencia yo voy a dejar que el óxido comience a tomar el lugar de la inversión, porque, simplemente, lo más probable es que no pueda rentabilizar el último tramo de mis inversiones de capital; por lo tanto se puede deteriorar la calidad media de la industria, va a aumentar los costos medios y, consecuentemente, calidad y precios peores para el consumidor. Por otra parte, hay algo que mencionó y que en un artículo hace unos seis meses, cuando todavía estaba en discusión la ley traté de instalar, es la idea de que cuando uno tiene una industria multiproducto al ponerle restricciones a un lado del producto lo que uno hace es contraer la capacidad de oferta del otro, y este es el efecto sobre banda ancha, que no sólo sucede con el 35%, que vamos a ver ahora, que es el análisis de Blanco de una simulación extremadamente interesante por el impacto que puede tener sobre la estructura de mercado, pero también con las licencias. Si yo decido que mi licencia en cable tiene una probabilidad de ser discontinuada invierto menos o de otra manera. Pero, ¿cuál es la consecuencia? Que también me afecta el servicio de banda ancha, de manera que el mismo análisis que él hizo sobre el límite del 35% se extiende a la incertidumbre que se genera en el manejo de las licencias. Ahora, como a veces me pregunta, nosotros los argentinos ¿necesitamos siempre reinventar la rueda? Miremos lo que pasa en el resto del mundo. EN el resto del mundo no existe esta forma de regulación de licencias y el mundo se está alejando de las licencias discontinuas en los mercados de vínculo físico, y, de hecho, en algunos lugares se está discutiendo la desaparición de las licencias y el tratamiento como otro tipo de industria de características análogas.

La regulación apropiada en el caso de licencias entonces, a mi entender, pero estoy dispuesto, obviamente a discutirlo, es que las licencias que no ocupan espectro radioeléctrico deben consistir en un sistema de permisos renovables indefinidamente siempre que la empresa cumpla con sus obligaciones. Obviamente, a alguien que no cumple con algún espacio de la legislación existente no le renuevo, pero como al quisco que vende productos prohibidos o a la farmacia que vende sin receta, pero por estas razones. No existe una normativa equivalente en relación a las licencias en Estados Unidos y en las economías más maduras. La cantidad de licencias. Aquí vamos al caso del límite del 35%. Hay un problema esencial que es interesante la ilustración de Blanco sobre cuál sería el impacto por el efecto multiproducto de limitar el 35% la... Pero hay algo estructural al mercado. Esta ley se ha construido en términos retóricos con una gran ambición anti monopólica. En alguna época he sido acusado de ser una especie de talibán de la competencia. Diría que a veces grandes anuncios se tornan en fenómenos absolutamente contraproducentes; a los argentinos nos pasa mucho; metemos un control de precios para que bajen los precios y termina explotando. No sé, piensen en algún mercado que se les ocurra; nadie sabe qué pasó en el medio y lo que se pretendía que fuera el efecto termina siendo el defecto.

Si a ustedes les dicen —les pregunto a los cableros— que tienen un límite en una ciudad a la participación del mercado y ustedes están cerca de ese límite ¿qué harían? Yo lo que haría es hablar con mi competidor, distribuime el mercado, decir vos llegaste al 30 en esa zona, yo llego en esta y los dos podemos, sin competencia, levantar los precios medios; porque en realidad yo tengo más capacidad competitiva pero la tengo que reprimir. Entonces, la paradoja de los límites es como la paradoja de algunos controles: tiene un efecto absolutamente perverso; incentiva la (…), que es una práctica completamente anti competitiva y a la distribución de mercados organizada; limita el aprovechamiento de economías de escala. Hoy a la mañana hubo una presentación donde se explicó todos los efectos de una economía de escalas y de redes, todo lo que muchos de ustedes conoce. Este tipo de límite puede romper las curvas de beneficio de escala y esto lo terminan pagando con mayores costos medios y precios, menor diversidad, los consumidores; nuevamente los votantes y los consumidores no tienen por qué entender la relojería de estos mecanismos que empiezan en una punta del mercado y termina en el precio que pagan ellos; lo deberían entender los que diseñan la política económica.

Al limitar la cantidad e suscriptores se afecta, entonces, negativamente la calidad de la programación por el fenómeno de escala. Por otra parte, podemos pretender que reducimos. Ya hemos visto la perversidad del mecanismo, pero que reducimos el poder del mercado de un jugador, pero como no tocamos a la otra punta de los jugadores, por ejemplo, los proveedores mayoritarios de contenidos, que son empresas internacionales y que tienen otra regulación, el poder de mercado relativo se altera y nuevamente nos encontramos con una paradoja de un anti monopolio que genera un desequilibrio y una asimetría del mercado.

Por otra parte, ¿a alguien se le ocurrió discutir por qué 35% no 25%, no 60%, 72%, 14%? No. Es parte de nuestra cultura mágica, como dice mi amigo Martín. 35.%. Esto deriva en equilibrio, en mayores precios y menor calidad de servicios y por lo tanto una disminución del bienestar de los consumidores. En 15 años Blanco nos explicará que algo pasó en el mercado argentino en los últimos 15 años con los excelentes números que nos presenta, pero el valor actual de 15 años de errores los argentinos ya lo conocemos de varias décadas; luego vienen las masivas reformas. Pero, ¿existe esto en algún país del mundo? Sí, existe. Existe en los Estados Unidos, no existe en muchos otros lugares ahora. ¿Está bien porque lo hacen en Estados Unidos? No. Está mal. Merece las mismas críticas que presenté hace unos minutos. Pero vamos a hacer algunas salvedades porque algunos errores tienen más costos en algún entorno que en otro. Y vamos a ver que en el caso de Estados Unidos el efecto es de costo muy inferior al que sería en la Argentina ¿Por qué? El límite es menor, es del 30% del total de suscriptores, que es igualmente cuestionable, es igualmente arbitrario; como van a ver no lo digo yo sino la Corte de Columbia.

El prejuicio para los consumidores sin embargo, como es un mercado infinitamente más grande, el 30% del mercado son 40 millones de personas; supera todos los límites de escala dada la tecnología actual; en nuestro país son 4 millones. A nadie se le ocurrió pensar que la escala de producción novaría según la lengua y la posición geográfica. Una fábrica de autos tiene una unidad mínima de 100 mil autos; que la hagan en Uruguay o que la hagan en China son 100 mil autos. Entonces, este problema de escala no es lo mismo tratarlo en Estados Unidos donde 30% es 40 millones de personas, sobra, que tratarlo en la Argentina. Esto no quiere decir que esté mal; no lo digo yo. La limitación del 30% en los Estados Unidos no sólo nunca fue aplicada porque o se tornó ejecutoria sino que ahora que Comcast está llegando al 30% la Corte del distrito de Columbia consideró que el regulador había tomado una medida que desde el punto de vista de la competencia es arbitraria y que puede tener efectos anti competitivos del estilo de los cuales estamos señalando nosotros. El límite a las cantidades de licencias que utilizan espectro radioeléctrico. A nivel internacional, voy a empezar por el final, ¿existe, no existe? No, no existe. Creo que había en Montenegro. ¿Saben que cuando Yugoslavia se partió en diez pedazos hay un Estado que se llama Montenegro? Bueno, creo que había descubierto que en Montenegro había una cosa parecida; no tenía amigos en Montenegro así que no les pude pedir el fundamento. Se establecen restricciones pero no se limita el número de licencias.

Esto también es una discusión. Uno quiere preservar la desafiabilidad. Blanco en su presentación utilizó “mercado desafiable” todo el tiempo; es un concepto central del análisis de la competencia; es central la capacidad de combatir al incumbente. Si el incumbente es grande no es per se esto algo que debe ser destruido; lo que debe ser favorecido es que siempre pueda ser amenazado, que pueda ser tacleado. Es como jugar al rugby y dejar al grandote correr; si pasa y hace try no hay problema, lo que tiene que haber es una línea que lo pueda taclear y bajar en el camino. Entonces, ¿Cómo se hace esto? No se debe limitar el número de oyentes, que es una especie de ridículo regulatorio, sino que lo que uno debería hacer es que el número de licencias, independientemente de la llegada sea limitada para que alguien no se apropie de todas las voces posibles; por ejemplo, en Estados Unidos, en Inglaterra lo que se dice en cada localidad “Usted no puede acumular más del 40% de las licencias” Ahora, si en ese 40% usted tiene el programa más exitoso del planeta yo no le voy a decir que le apague la radio a la mitad de sus oyentes; ahora, sí yo voy a garantizar que usted sea desafiable, que no se apropie de un pedazo del espectro y que no deje que yo haga un programa que lo puede derrotar. Entonces, esta sería una manera de garantizar pluralidad sin destrozar le economía de ese mercado.

En el mismo ejemplo de algunos ejemplos de perversidad imaginen si con el 45% que le pusimos en la simulación de Blanco una empresa hace una mala política comercial; su competidor tiene 30, la otra empresa tiene 20, se equivoca —como alguno de ustedes se habrán equivocado, los que ya no vienen a esta conferencia porque quebraron— y pierde clientes, y yo, que no hice nada, ni bien ni mal, del 30% paso al 40%; entonces me llaman del organismo regulador y me dicen “Che, pibe, tenés que bajar cinco” “Pero si yo no hice nada” “Bueno, desconectame cinco, tenés 40%” Y yo voy ahí y mi abogado me dice “¿Y a quién desconectamos, loco? “Y. No sé, agarrá uno por cuadra y sacalo y cortalo” “No, pero me va a hacer un juicio. Vamos a terminar en la Corte Suprema. ¿Por qué a él y no a otro?” Bueno, yo no escuché esta discusión, y esta es la realidad práctica que inventamos unas especies de usinas complicadísimas, apretamos los botones y empieza a hacer humo por todos lados.

Propiedad cruzada de TV abierta y TV paga. Voy a ir rápido. No existe mucho precedente a nivel mundial y hay un montón de ejemplos de propiedad cruzada. Lo que se debe preservar, —y nuevamente cito al amigo Blanco— es la desafiabilidad de mercado. Tenemos que mirar cuánta televisión abierta tenemos, cuáles son las frecuencias abierta y tal vez ponernos a discutir en la Argentina por qué no abrimos más licencias de televisión abierta en las provincias. Yo sé que alguno de ustedes me va a matar cuando diga esto, pero esa es la manera de resolverlo, no de achicar a los existentes y reducir la escala de la industria. Y ese recurso existe.

Está bien: que algún gobernador, que algún amigo no quiera que le hagan competencia en voces; pero esto no es una política regulatoria racional. Discutamos desde otro lado. La consecuencia de este tipo de cosas es que, al reducir la escala, televisión abierta y TV por cable tienen algunos elementos de comunidad en la generación de inputs y de outputs. Entonces, lo que sucede cuando yo obligo a un operador eficiente de televisión abierta o de cable a no poder participar del otro mercado, lo que estoy haciendo es efectos del estilo de los que citó Blanco de achicar la capacidad de generación común; e inclusive lo que se llama la doble marginalización: es decir, me tienen que cobrar dos veces los márgenes que podrían ser reducidos. Conducen a precios de los servicios excesivos; los terminan pagando los consumidores. Como siempre, es una caja negra: no saben muy bien de dónde vino que aumentó ese precio o por qué no bajó. En Estados Unidos no hay ninguna limitación de este tipo de propiedad cruzada.

Integración vertical. ¿Se debe limitar la capacidad de los distribuidores de producir contenido? Empecemos por cuál sería la razón para hacerlo. La razón para hacerlo sería que yo hegemonice el mercado de contenidos, que sea un gran distribuidor que excluya a los otros distribuidores de la industria de contenidos y que haga una discriminación en el acceso a contenidos, distorsionando la competencia. Pero, como esta ley olvida, existe la legislación de competencia; prácticas de exclusión están previstas en la ley de defensa de la competencia. No es necesaria una ley de competencia para los kioscos, para los textiles, para los hoteles — existe.

Si la aplicamos bien o mal es otra cuestión. Tenemos una proficua enfermedad de inventar y superponer leyes que después no sabemos cómo aplicar y cuál precede a la anterior. Entonces, la preocupación puede ser legítima. ¿Esta es la manera de resolverla? La manera es no. La integración vertical insiste en la industria de combustibles, existe en una serie de industrias, existe en el acero y siderurgia, existe en muchos sectores. Lo que tenemos que regular son las prácticas exclusorias. Pero para eso no necesitábamos una nueva ley. Teníamos la ley de defensa de la competencia, que se ha aplicado ya en casos de exclusión; incluso se ha aplicado en casos de colusión en la televisión por cable en el pasado. Ahora, ¿cuál es la consecuencia de bloquear el uso de estas eficiencias? La consecuencia es, nuevamente, destruir una industria de elementos de escala en la industria; impide que se aprovechen economías de escala, lo que genera nuevamente el mismo fenómeno... Pero ojo con una cosa: lo estamos generando con las licencias, lo estamos generando con el artículo 45, lo estamos generando con la propiedad cruzada, lo estamos generando... Cada leva de error se suma al anterior.

El equilibrio de mercado termina siendo un mamarracho y en 20 años nos preguntamos por qué, si el cable en la Argentina era el que tenía mayor penetración de América Latina y uno de los de mayor penetración, controlado por el nivel de ingreso del mundo, por qué el precio medio es el más bajo de la región junto con México y nos va a aumentar 20% o 30%; cómo nos vamos a preguntar en los próximos tres años qué pasa que la carne cuesta tan caro. Comprimimos el stock y la capacidad de producción, poca oferta, la misma demanda: el precio sube. Los economistas le erramos mucho, pero en algunas cosas estamos de acuerdo: por ejemplo, si la oferta se cae a la mitad y la demanda se mantiene constante, en algún momento el precio sube. ¿Existe restricción a nivel internacional? No. En Estados Unidos, la Comisión Federal de Competencia no impide la integración vertical en prestadores de TV paga y propietarios de señales. Lo que sí hace es lo que sería una preocupación pro—competitiva que busca equilibrio entre los beneficios y la eficiencia de la integración vertical, los beneficios de escala, de tamaño, la capacidad de grandes emprendimientos...

Es un caso muy interesante, por ejemplo, cómo fue producida la última película de Campanella. Después lo podemos discutir. Requiere ir a un mercado que le permita tener escala; sus financiadores tienen que proveer suficiente financiamiento, más allá de la escala de lo que presenta el INCAA, para poder llegar a un tamaño de mercado de cierta amplitud. Ninguna empresa distribuidora de señales de TV puede emplear más del 40% de la capacidad de transmitir canales. Es decir, estamos limitando los contenidos, pero no los estamos anulando. Es la diferencia entre la exageración y la razonabilidad. Estamos diciendo que en Estados Unidos, en muchos otros países no hay límites; lo que se regula es la potencial exclusión; si alguien denuncia exclusión, interviene el regulador de la competencia y hace una investigación. En Estados Unidos dicen “Usted puede pasar por su red hasta 40% propio”, pero le deja subir un 40%, lo cual le permite generar elementos de escala en la producción y distribución. Y pone un límite de 75 canales. Estados Unidos es muy grande. Más allá de 75 canales, no hay restricción alguna. Son sistemas mixtos que permiten acceder a escala y ponen algunos elementos de regulación limitativa. Autoridad de aplicación... Yo simplemente aquí no voy a desarrollar esto. Quisiera simplemente poner énfasis en la característica de fragilidad institucional de la regulación en nuestro país. Muchos de ustedes, aquellos que están en esta industria o que están en otra industria, no necesito explicarles como a un sueco a qué me refiero con fragilidad institucional. De manera que trataré de usar el tiempo para pasar y eventualmente volveremos a esto con las preguntas. Sin embargo, una preposición: cuando uno tiene fragilidad institucional, tiene que hacer cosas simples y manejables; si hace cosas muy intrincadas y no las sabe manejar, termina armando un desparramo. Es como poner un mono a manejar una Ferrari — la cosa no camina. Sabemos que tenemos dificultades con el sistema regulatorio; entonces, pensemos en si tenemos capacidad de implementar las formas regulatorias que escribimos. Ustedes tendrán todos, los abogados, los empresarios, los trabajadores, cuando tienen que ir a reclamar por un problema de salud o a una empresa de servicios médicos, conocen la experiencia de una regulación intrincada.

Sabemos que es complejo. Seamos un poco más humildes e instituyamos sistemas regulatorios manejables. Ahora, ¿qué pasa en el desarrollo de esta industria en el país y en el mundo? El diseño regulatorio, a mi entender, por estas razones y algunas otras, atenta contra la industria de medios nacional a mediano y largo plazo; y en particular en el mundo actual no podemos seguir mirándonos el ombligo. Estamos insertos en el mundo. En 1920, '30, '40, Argentina era uno de los 12 países de mayor ingreso per cápita del mundo. Hoy somos el 40. ¿Qué tiene que sucedernos para que descubramos que el mundo se mueve mientras nosotros nos miramos el ombligo? Esta industria es una de las industrias que es el paradigma del estadio actual de la globalización. Las limitaciones señaladas —no renovación de licencias, límites a la cantidad de suscriptores y en particular las formas regulatorias con que se aplican— atentan contra el proceso de inversión y la escala de las empresas locales. Si queremos hacer política antimonopolio, hagamos política antimonopolio. La legislación existe; apliquémosla con la cabeza. En mercados intensamente globalizados este tipo de distorsión regulatoria genera enormes dificultades para sostener la posición en el mercado interno y más aun en el mercado mundial. ¿Pero por qué digo en el mercado interno? Porque, si yo debilito mi capacidad de producción de contenidos y el sistema regulatorio de España, México, Brasil, Estados Unidos, Canadá, Francia o Inglaterra, no tiene las mismas reglas, me encuentro con gigantes súper—eficientes que me demuelen.

El camino perdido es muy difícil de recuperar. El mercado de lengua hispana nos da un elemento de potencial crecimiento para la industria de medios y los creadores argentinos enorme. La Argentina tiene, claramente, ventajas comparativas en la industria de medios en el sector de la creación. Nuevamente podemos dar ejemplos de la producción fílmica de nuestro país, que para nuestro tamaño es una de las mayores per cápita del mundo. Entonces, no destruyamos esta capacidad latente. Ustedes saben que los argentinos tenemos una enorme capacidad, desde el fútbol a otras industrias, nuestros talentos. Entonces, este caso, mientras los demás siguen trabajando nosotros podemos perder el campeonato. La cuestión lingüística es hoy un tema fundamental del desarrollo de mercados y se transforma en una desventaja si nosotros terminamos favoreciendo a los grandes operadores globales de países de lengua similar, como son el caso de Telefónica, Televisa, O Globo, Telmex, ingresen a la industria de medios local con un potencial competitivo muy significativo. Algún perverso diría “Metámoles límite a la entrada” No es esto lo que estoy diciendo. Dejémolos que nos desafíen, pero no destruyan a los locales. No es que hagamos una especie de proteccionismo bumerang donde terminamos todos sin carne y sin productos; estamos dispuestos a jugar la competencia, pero hagámolos en un terreno más o menos plano donde todos puedan competir de igual manera. Y esto se extiende a discusiones sobre plataformas como satélite, telecomunicaciones y cable, donde nuevamente generamos unas distorsiones descomunales y después no podemos evitar recurrir alos sitemas de prohibiciones en vez de los sistemas positivos, que son los que hacen crecer a la industria a los consumidores. En este aspecto debemos aprovechar beneficios y eficiencias derivadas de las economías (…) de ámbito; debemos pensar un sistema regulatorio que favorezca la extracción de beneficios de escala para enfrentar de la mejor manera posible la competencia internacional.

Incrementar el bienestar significa que vengan los competidores internacionales pero que estén fuertes empresas locales, no distorsionadas por una regulación completamente asimétrica. Entonces, ¿debemos fomentar la competencia de la industria de servicio de comunicación audiovisual? Sí. Pero debemos fomentar la competencia, no la colusión, la caracterización, la distribución de mercado, los dobles márgenes. ¿Debemos asegurar un entorno equilibrado entre las diferentes plataformas tecnológicas? Sí. El mundo va a la convergencia. No podemos desconocer que hoy se puede llevar entretenimiento, noticias con plataformas diferentes; no lo podemos desconocer.

Ahora, si queremos que las plataformas compitan tenemos que pensar sistemas regulatorios que hagan que la competencia sea fructífera y transparente, como así también equivalente y no asimétrica. ¿Debemos estimular el ingreso de nuevos competidores? La palabra “desafiar”, que usa Blanco es crucial. Sí. Debemos reducir las barreras a la entrada pero para que la cancha sea plana y no completamente torcida. ¿Evitar prácticas distorsivas? Tenemos la ley de defensa de la competencia; nuevamente digo: no necesitamos una nueva ley. Existe. Si viene una nueva ley, bienvenida, pero que sea para desarrollar la industria y no para entrar en colisión con la industria y los consumidores.

Y ustedes me dirán qué pasa con las telecomunicaciones. Con esto yo voy a terminar. Muchos mercados conviven empresas pequeñas y empresas grandes. Una de las observaciones que el análisis de las estructuras de mercado revela es que muchas empresas grandes alguna vez fueron pequeñas; y uno piensa en el case de Bill Gates y Microsoft en sus garajes cuando empezó; cuando se volvió grande, obviamente, tenía las voluntades y las ambiciones de un grande y había que aplicarle la ley de defensa de la competencia.

Pero los prejuicios contra los grandes o los chicos deben ser desterrados. Muchas veces la competencia hace que sobreviva no el más grande sino el más apto. Yo pienso a veces en los mercados de ustedes y pienso en la multiplicidad de tamaño de operadores que hay a lo largo del país, como los hay en Estado Unidos cuando uno viaja por los pueblos, los operadores de cable pequeños al lado de los gigantes; y la potencia que puede tener la política comercial de un operador de tamaño PyMe en su zona de influencia, por ejemplo, porque entiende muchísimo mejor las preferencias locales, sin no ya hubieran desaparecido. Y están. Entonces, creo que toda la discusión debe ser centrada en que la cancha esté equilibrada. Hay lugar para pequeños, para grandes, para regionales, hay especialistas. Nuestros consultores no hablan de macroeconomías y estudian los bancos; se colocaron en un nicho, en ese nicho no son la mayor empresa del mundo pero son capaces de producir un producto especializado que los consumidores de ese nicho pagan y compran y no van a ir a Deutsche Bank a comprárselo porque sea más grande.

Entonces. ¿Cómo se hace en un mercado convergente para que el consumidor le saque beneficio a la fenomenal innovación tecnológica que ha habido? Hace veinte años era impensable que satélite, telecomunicaciones y cable pudieran producir camisetas parecidas; hoy es posible. Esto es lo que se llama convergencia. Y terminamos en una discusión ociosa y perturbada que nos impide capitalizar lo que nos da la tecnología. ¿Qué tendríamos...? ¿Se podría hacer algo? Hace poco alguien me preguntó: Pero, ¿se puede hacer algo con este tema de la convergencia? Sí. Algo no muy complicado, más o menos simple; obviamente, afecta intereses pero se podría diseñar un régimen de transición que permita hacer lo que se hizo en Inglaterra, que no puedo definir como un regulador débil. Si los ingleses, que son unos de los reguladores más fuertes que se conocen, pensaron en los problemas de captura y regulación y poder asimétrico, ¿por qué no podemos usar lo que ya existe? ¿Qué hicieron los ingleses?

Dijeron: Mire, para que el triple play sea eficiente, para que las PyMes se puedan aglomerar en una región y competir con una cooperativa primero tendrían que tener igualdad de condiciones contables y de pago de impuestos porque si no les voy a generar un desequilibrio o me voy a hacer cooperativista yo a partir de mañana, entonces me pago un gran sueldo como directos, la empresa no paga los impuestos y... ¿Conocen algunas fundaciones que son así? En todos lados las hay. No se sabe; se compró la mitad de la ciudad, hizo un montón de edificios, pero como es una fundación... Pero resulta que el director cobra un sueldo bárbaro. Está muy bien, no está mal, pero no me lo pongan a competir conmigo que tengo una S.A. ¿Cómo hago para generar un sistema convergente que no sea destructivo? Y bien, o tengo un regulador súper poderoso —yo parto de la base que no lo tengo— que va a hacer que yo pueda entrar en la última milla lo que... —Nuevamente Blanco; no creo que lo hayan citado tanto en media hora hace mucho tiempo—

Para yo competir como necesito poder tener interconexión. Si yo le quiero hablar a mi primo con un sistema de otra plataforma tecnológica tengo que poder entrar al tubo, al cobre de la plataforma de telecomunicaciones; obviamente, la plataforma de telecomunicaciones no quiere que yo crezca, y esto es legítimo; no vamos a cambiar la condición y no es a través de la moral. La economía de la regulación sabe cómo hacer estas cosas; no siempre lo consigue. Entonces, una de las maneras en pensar cómo evito el regulador que es un flan. Si yo tengo un regulador flan tengo que diseñar un elemento que me evite un flan; la manera es que el incumbente de las telecomunicaciones tenga interés en que yo entre ¿Cómo hago que él tenga interés? Yo le voy a dar partes del mercado, del mercado en el cual él no está a cambio de partes del mercado en el cual él está; entonces, necesito menos regulador y él me va a abrir la llave; lo cual no quiere decir que no pueda haber exclusión ¿Qué vendría a ser esto? En Inglaterra lo que hicieron fue que hasta que las empresas de las plataformas nuevas no tuvieran 25% del mercado del incumbente primera tecnología, es decir, las telecomunicaciones, no podían entrar al mercado de entretenimientos TV paga, etc. ¿Qué hacía esto? Ahí había un enorme mercado; entonces, obviamente, en el (..) The British Telecom se pusieron a discutir “Escuchame, esto está creciendo al 20% por año. Aflojemos y que estos tipos nos coman un pedazo del mercado orque si no nos perdemos el otro mercado” Entonces, el regulador miraba pero tenía mucho menos trabajo porque puso una regla que hacía que el incumbente que tiene... Obviamente, si yo soy incumbente haría lo mismo; esto no es ni malo ni bueno, es la condición humana. Y si ustedes fueran el incumbente también harían lo mismo, Lo que yo tengo que diseñar es algo que cambie mis incentivos para que yo haga negocio desviadno del bloqueo. Esa es una manera de transición. Bueno, con esto dejo para las preguntas, si las hay. Les agradezco mucho, y espero no haberlos abrumado con tanto análisis económico.

Martín Lousteau: ¿Qué tal? Muy buenas tardes a todos. Es un placer estar acá. Muchas gracias a los organizadores por la invitación y también a las presentaciones de Carlos y de Tito, porque como tocaron temas que casi cubren todo me permiten a mi intentar otro tipo de lectura. Carlos enfocó la dinámica y regional, o internacional de este mercado; y Tito, que es un experto en regulación, se metió en casi todos los vericuetos de la ley para explicar dónde están las inconsistencias. Soy consciente de que la asociación hace encuentros de esta índole, de este y de otros temas local de manera recurrente y también participa de otros foros, (…), otros foros internacionales. De todas maneras me parece sumamente valioso que exista algo que hoy nos esté convocando acá. Es decir, el tema de la mesa, el tema de esta jornada a mi me deja, por lo menos, una conclusión positiva con respecto a la Ley de Medios que es, estamos discutiendo algo que es sumamente importante para una sociedad.

Estamos poniendo en el centro de atención algo que es merecido, algo que tendríamos que estar mirando casi permanentemente. Creo que eso no es un mal elemento. Tampoco tenemos que olvidar que la ley de servicio de contenido audiovisual tiene este nicho de mercado como uno de los capítulos, peor tiene muchos otros y puede tener inconsistencia en algunas cosas y puede tener elementos buenos en otros. Entonces, creo que, como mínimo, que esto esté en el centro de atención es una consecuencia positiva.

No hay nada para la construcción de una sociedad que sea más plena, que sea más democrática, que tenga mayor igualdad de oportunidades que sea activa y dinámica y participe del mundo como el flujo de información y de tecnología y el lugar que dan para la formación de la gente.

Entonces, creo que estamos, por lo menos con un puntapié, que tiene un montón de inconsistencias, tiene un montón de anomalías, tiene incoherencias que dan lugar a situaciones muy bizarra, como explicaba Tito hace un rato. Pero creo que entre la realidad cuando se vea que la realidad es un poco distinta de lo que propuso el legislador, de lo que propuso el Poder Ejecutivo al ir con la propuesta de ley creo que la realidad lo va a ir acomodando, y que es un buen puntapié, pero un puntapié ciertamente para perfeccionar, y para perfeccionar mucho. Ese perfeccionamiento se va a dar por la vía de la discusión en el marco jurídico o por la vía judicial y por la vía de discusión legislativa cuando en el futuro veamos que hay que hacer modificaciones a la ley. Entonces, creo que esto es un elemento positivo. Ahora déjenme entrar en lo que me parece más nocivo. Tito marcó claramente que la ley carece de una visión del economista regulador.

Yo hace mucho que no miro temas de regulación pero en algún momento solía mirarlos; Tito es un experto y marcó casi todos los puntos en donde esta ley no se ha metido. Dijo “La verdad es que no hemos tenido participación los economistas, sobre todo los economistas que sabemos de regulación, en estos temas” Creo que es una demanda muy justa para una ley que es tan compleja. Pero también creo que tiene otro defecto muy importante y es que la ley en su concepción y en su formación carece absolutamente de una visión empresarial y tecnológica. No ha habido un marco de discusión donde se le pregunte a los empresarios de medios y a los que conocen de la diseminación de la tecnología y de los avances tecnológicos qué cosas pueden llegar a ocurrir, cómo puede avanzar esto. Es como si tuviéramos una ley que está muy sesgada por los (…) Yo dije en una discusión en una mesa, hace poco, académica; alguien me dijo “Esto no es académico porque le falta rigurosidad” No, pero quise decir que es una ley que parece nacida de la discusión de sociólogos de la comunicación. Parece...

Casi la única luz que ilumina la ley casi esa. Y después de la discusión con organizaciones sociales. Una de las cosas que demuestra esto es que yo en mi vida, en mi experiencia en la función pública he visto una ley con tantas notas al pié; parece un trabajo académica. Y es sumamente farragoso leer todo. Ahora, si uno hace como cuando está leyendo un libro que no le interesa y tacha las notas al pié se lee mucho más rápido; pero tiene muchas citas, muchas referencias, de donde surgieron las ideas, de quién es el autor intelectual de tal cosa, quién lo propuso. Demasiado. Entonces, me da a mí la sensación.

Nada es más sintomático de la ausencia de esta visión que el hecho que no hay una sola referencia a la palabra Internet; una sola referencia de lo que es casi el alimento dinamizador de una sociedad más fuerte hay hoy en día y también dinamizador de otras tecnologías. La tecnología celular no sería lo mismo si no se puede acceder a Internet. Si lo único que hiciera el cable o lo único que hicieran los teléfonos fuera proveer el servicio para el cual fueron diseñados ni siquiera tendríamos esta discusión, y sin embargo, ese elemento, Internet, ni siquiera está en el centro ni en un apartado de la ley que fue sancionada.

A mí me parece que la ausencia de esta visión empresarial y tecnológica es casi imperdonable porque estamos frente al sector que más dinamismo tiene en términos de innovación y de convergencia de un montón de tecnologías y servicios. Entonces, que esto ocurra, un paso agigantado en el mundo y nosotros ni siquiera lo hayamos incorporado a esta visión mucho más sofisticada, va a hacer, indefectiblemente, que tengamos que revisar cosas. Yo creo que algunas de las anomalías so interesantes para mostrar la incoherencia lógica, pero creo que no van a ser restrictivas; otras sí, pero cuando esas restricciones muestren que hay un inconveniente con la realidad tendrmso que corregir; no se corrige la realidad, vamos a terminar corrigiendo el inconveniente. Y eso se va a corregir de manera farragosa en el ámbito judicial, y espero que en algún momento, de una manera más lógica, con más consenso y diversidad de luces enfocándose en la cuestión de fondo, en el ámbito del Congreso. No me cabe ninguna duda que estamos frente al sector económico —y con relevancia en otros ámbitos— más dinámicos que hay. Déjenme contar algunas anécdotas personales. Yo tengo 39 años; cuando empecé la universidad en el año 89 casi no usábamos computadora. Era muy poca la gente que entregaba un trabajo práctico en una computadora. Eso fue hace 20 años. Cuando me fui a estudiar a Londres, en el año 93, acá la gente no tenía mail; a mí me pusieron un mail en la universidad y no lo podía creer. Me encantaba; pero les tenía que pedir a mis amigos acá “Por favor, vayan a la universidad, vayan a algún lugar y pidan que les abran una cuenta de mail” No existía hotmail, no existía gmail, nada.

Eso fue en el año 93. Hoy tenemos en la Argentina solamente 3,7 millones de suscriptores de banda ancha; pasó muy poco tiempo; y eso es en gran medida a que fue desatada la innovación tecnológica y la innovación empresarial, que son los dos motores más potentes que hay en una sociedad. Eso, que exista el cable módem, hizo que hoy tuviéramos este acceso fenomenal a Internet, mucho más que en otros países, a pesar de que realmente pasó muy, pero muy poco tiempo. Y eso es mérito de la iniciativa. De la misma manera, con el celular pasa algo similar. Hoy en el mundo hay 4.600 millones de líneas de celular habilitadas; en el mundo debemos ser más o menos 6.600 millones ¿Hace cuánto que surgió el celular? La pregunta es: ¿ustedes recuerdan, de lo que hayan leído de historia reciente, recuerdan algún mecanismo, alguna innovación que haya surgido, que se haya difundido tan rápido, tan rápido como el celular, a una escala tan amplia? No. Entonces, estamos frente a cosas que realmente nunca, pero nunca hemos visto antes, y que no estemos incorporando esta dinámica en la visión de una ley, en la discusión de una ley me parece realmente bastante complejo. Por eso creo que, como decía antes, va a haber nuevas disposiciones sobre esto, y creo que van a ser muy fructíferas si, por lo menos, se siguen dando en ámbitos como este. La nuevas tecnologías y la convergencia de plataformas tecnológicas se están dando a una velocidad que única antes hemos visto, nunca. Y la verdad que, como decía Tito, es muy problemático frenar ese dinamismo. Y la pregunta, inclusive, es si se puede frenar o no se puede frenar.

La convergencia y la innovación tecnológica además cambian los conceptos tradicional de lo que es un abuso de mercado, un poder de mercado...o, aunque sea incorrecto el término es un poco más llano, lo que es un monopolio. Antes se justificaban algunos monopolios diciendo “Esto es un monopolio natural”. ¿Qué quiero decir que algo es un monopolio natural? Que cuando uno tiene el costo variable y el costo fijo de construir esa empresa o esa iniciativa, el costo fijo es abrumadoramente más amplio que el costo variable; entonces, no se justifica que haya mucha gente metiéndose a construir costo fijo, a meter costo fijo en un lugar, porque después lo variable es chiquitito con respecto a lo grande. Ustedes se preguntan “¿Por qué no hay una línea de tren al lado de otra línea de tren al lado de otra línea de tren, y sin embargo hay un montón de taxis?”. Porque el costo de hundido, el costo fijo de hacer un tendido eléctrico es enorme. Eso es un monopolio natural. ¿Por qué no hay un caño de gas al lado de un caño de gas al lado de un caño de gas compitiendo por el mismo gas? Exactamente por la misma razón. Pero fíjense ustedes cómo cambia la tecnología este concepto. Cuando se hizo la privatización de la telefonía en la Argentina, de Entel, se dijo “Tenemos dos monopolios naturales: el tendido telefónico es un monopolio natural”. Si yo tengo que ir a reemplazar, no hay casas que tengan un cable de teléfono al lado de otro cable de teléfono al lado de otro cable de teléfono al lado de otro cable de teléfono y yo tengo una llavecita y puedo elegir con quién voy. ¿Qué se hizo? “Dividámoslo en dos zonas por lo menos para ver cómo son las performances relativas”.

Y eran grandes monopolios. De golpe apareció la telefonía celular. Entonces, una innovación tecnológica destruye un monopolio. Y es cierto que tenemos un montón de líneas fijas activas y que ese servicio puede estar creciendo y ahora es un servicio para otras cosas; pero también es cierto que esas líneas tienen mucha menos representatividad en la cantidad de transmisión de voz que nosotros hacemos cotidianamente. Pregunten, si no, a los encuestadores: los encuestadores que usan la tecnología telefónica para hacer una muestra y verificar quién va primero en las encuestas, quién va a ganar, tienen un problema enorme porque ese teléfono deja de perder relevancia y la gente usa un celular, y es muy fácil hacer una muestra buena con respecto a... cuando uno tiene un lugar fijo donde (…). Imagínense que yo quiero 10 de acá y 10 de acá para ver una muestra de qué piensan el ala izquierda y el ala derecha; agarro 10 y agarro 10. Ahora, si ustedes se van allá —esto es telefonía fija— , se van a la otra sala y se empiezan a mezclar todos, y yo quería saber lo que pensaban de acá y lo que pensaban de acá, ya no puedo identificar cuál es cuál. Entonces, hay un montón de cosas que están ocurriendo desde el punto de vista de la innovación que alteran los conceptos más básicos y más tradicionales de lo que es la defensa de la competencia. Y no puede ser, entonces, que esta visión un poco más sofisticada esté ausente en cualquier legislación o reglamentación que nos propongamos. Lo mismo ocurre con el concepto de convergencia. El concepto de convergencia también altera esto. Antes tanto Carlos como Tito hablaban del 35%, de las licencias... La discusión, cuando empieza a haber convergencia, es “¿Tengo 35% de qué?”, “De un mercado”, “Pero si ese no es el mercado principal, si van a ser tres mercados juntos”. La pregunta es si ponerme un tope a mí me impide que compita en igualdad de condiciones con otro que por ahí no tiene ese tope en su ámbito o que tiene un tope de otra índole por un mercado en que está convergiendo.

Entonces, la discusión más habitual, más tradicional de lo que sería la defensa de la competencia, se ve alterada de inmediato. Entonces, aquel que viene, en lugar de con los últimos adelantos, con cómo han tratado estas cuestiones otros países, como decía recién Tito, viene con una visión mucho más estática, más antigua, pasada de modo y sobre todo que ya no es rigurosa porque la dejó atrasada las innovaciones a la convergencia, nos quedamos con una ley que no está cubriendo adecuadamente las cosas que tenemos que discutir. No cabe duda que la convergencia va a ocurrir.

Es casi una ley natural: se van sofisticando las cosas y vamos a ir caminando hacia cierto lugar. La discusión me parece que pasa por qué tipo de convergencia vamos a tener; entonces, si algunas reglamentaciones que se proponen no están afectando con estas limitantes un mercado que es mucho más importante para la calidad de lo que deben recibir los ciudadanos en términos de acceso universal y en términos de costo de ese acceso. Si yo permito, por ejemplo —ese periodo de transición al que hacía referencia Tito—, que un actor financiero... Una de las cosas que tenemos que ver es que no frenen otros desarrollos de innovación tecnológica. Si yo permito que un actor ahora, porque tiene mayores espaldas, vaya y se compre una red totalmente distinta de la de él para que no le compitan, tengo un problema. Tengo un problema porque, en lugar de decirle “Pará. Vos estás en este lugar y yo en este, y yo lo que quiero es que, si vos desarrollás cosas fantásticas y nuevas, puedas competir conmigo; pero no me saques lo que estoy teniendo ahora, porque, si me sacás lo que yo estoy teniendo ahora, no vas a tener ningún incentivo para introducir tecnología nueva hasta tanto no sea muchísimo más barata que las actuales”. Y esa competencia por la innovación se pierde. Lo mismo ocurre si hay diferencias muy importantes en términos de espalda financiera. Ese es otro elemento sumamente importante.

Y también ocurre algo parecido si tenemos distintas restricciones regulatorias. Entonces, creo que esto es un elemento fundamental a tener en cuenta, qué tipo de restricciones ponemos no solo en términos de lo estático —el 35%, el 40%, el 20%, si estoy monopolizando la información—, sino en términos de la dinámica de un sector que es dinámico como ningún otro sector en el planeta. Y en esto de la innovación creo que justo Argentina está en una situación compleja en lo siguiente: está a mitad de camino, en algunos aspectos; cuando uno está a mitad de camino, es más difícil ser innovador. ¿Qué quiero decir con esto? Lo voy a referir a algo que a mí me ha tocado vivir, un ámbito que conozco, en lugar de este que desconozco absolutamente: en la banca. Si yo tengo un sistema bancarizado sumamente regulado, muy bueno, muy desarrollado, que atiende a todos, el español, el francés, y se desarrolla una plataforma tecnológica nueva o un nicho de mercado nuevo, se puede introducir rápidamente y la sofisticación institucional incorporarlo de la manera adecuada y no tener problemas. Entonces, por ejemplo, vamos a hacer banca móvil.

Si realmente es un mercado sumamente sofisticado, ingresa esa tecnología, se la estudia, se le ponen límites para que no haya problemas de fraude, para cuáles son los costos mínimos, etcétera, y se puede diseminar rápidamente. Del otro lado, si estoy en un lugar donde no hay nada, por ejemplo en áfrica o algunos países de áfrica, y realmente no llego a un porcentaje de mercado interesante con la banca, no hay nada y tengo un núcleo muy chiquitito, y de golpe viene una tecnología, la puedo introducir y hasta a veces soy menos precavido con la tasa a la que permito esa tecnología, con el ritmo al que la dejo incorporarse, porque tengo muy poco que perder. Cuando uno está en el medio, ya tengo algo, y en ese algo además hay intereses que son afectados; y si quiero introducir una tecnología nueva, a veces tengo miedo de destruir algo porque no lo miré bien, porque no tengo capacidad de regulación, porque no lo pude corregir a tiempo, porque no pude medir los riesgos; y paradójicamente, a pesar de que tengo mejor institucionalidad que el país más atrasado, tardo más — soy menos audaz. Este tipo de cosas se montan sobre el tipo de regulación que hacemos. Si yo tengo una sociedad que en algunos casos está siendo relativamente conservadora y le pongo regulaciones que la hacen más compleja en la adopción de tecnologías nuevas, creo que eso es bastante más complejo. Estamos en un sector que, primero, es sumamente dinámico, sumamente impredecible; que tiene consecuencias de todo tipo... La tecnología no es solo un canal distinto para mejorar el nivel de productividad de algo. La tecnología es la información que circula por Internet, cómo llega, si brindamos tres servicios distintos por la misma infraestructura... Todo eso modifica varias cosas: afecta a otras industrias, las hace más o menos eficientes, afecta la calidad de ciudadanía que tenemos, afecta el tipo de democracia que tenemos, afecta que tan igualitaria es una sociedad. Cuando uno ve eso, la verdad que en algún momento se pone a pensar...

Y además tiene temas muy complejos: muy poca gente entiende todas las aristas que tienen que ver con Internet hoy —las sociológicas, las filosóficas, las económicas—... muy poca gente entiende todas. Entonces, ¿cómo es posible que en un tema tan importante nadie, fuera de cierto ámbito, haya participado de la ley, pero además que todavía no tengamos una suerte de consejo de sabios? Esto es lo que nos va a sumar al mundo, este tipo de cosas. ¿Tenemos más o menos brecha digital que los demás?, ¿podemos llegar a tiempo o no podemos llegar a tiempo? ¿Dónde está esta discusión de estado profunda? ¿En qué lugar están sentados los grandes empresarios de medios, los grandes empresarios de contenidos, sociólogos que sepan de esto, economistas, gente de tecnología? No lo veo.

Y hay oportunidades enormes ahí no solo porque nosotros somos creativos, porque realmente somos buenos proveedores de medios, porque hay empresas en la Argentina que están compitiendo con el mundo, sino porque hay algo por ahí que puede llegar a ser casi tan importante como otras industrias que hoy tenemos, que es la exportación de servicios de valor agregado. La exportación de servicios de valor agregado... La prehistoria de exportar un servicio de valor agregado es un contact center: alguien está haciendo cosas por otro lugar, pero cuando necesita asistencia al consumidor llama a un teléfono cualquiera y de ese teléfono alguien lo atiende en la Argentina. Pero esa es la prehistoria; es donde menos servicios se agrega, donde menos valor se agrega. Pero hay un montón de otras cosas: uno puede brindar todo un sistema de asesoramiento jurídico en otro lugar; uno puede brindar asistencia de ingeniería, como hace IBM en el campo que tiene en Olivos y hace asistencia remota de servidores en Colorado, de IBM; y esos servidores en Colorado de IBM no son de IBM: son de bancos americanos, de aerolíneas...

Entonces, ¿tenemos la infraestructura o no tenemos la infraestructura? Por ahora sí. ¿Tenemos la gente capacitada, tenemos una cultura para hacer eso? IBM incorpora alrededor de 300 personas por año para hacer asistencia desde acá, producción desde acá a cosas que están ocurriendo en otros lugares. Imagínense si eso se pudiera hacer, como se puede hacer, en distintos lugares del país. ¿Y por qué se puede hacer? Primero, porque los argentinos tenemos el mismo huso horario que el mercado principal, que es Estados Unidos, y esto es sumamente importante porque no te atienden a la noche, de otra manera — te atienden en el mismo huso horario. Segundo, porque somos versátiles para los idiomas. Tercero, porque hablamos... nuestra lengua nativa es el idioma que más está creciendo en el mundo, inclusive en el propio Estados Unidos. Cuarto, por una cultura. Yo estuve con el principal productor de juegos online del mundo, que terciarizaba eso en China y ahora lo terciariza en la Argentina; cuando le pregunté por qué, me dijo “Porque es un tema cultural, es un tema de cómo discutimos o cómo nos ponemos de acuerdo en occidente que no lo logro en China. En la generación de juegos online, de un nuevo producto, es sumamente importante el timing.

Entonces, lo tengo que sacar a tiempo, lo tengo que sacar rápido porque hay otros competidores por lo mismo. Y resulta que en China, cuando les digo 'Esto que me mandaste está mal, ¿entendés?', me dicen 'Sí' y no entendieron qué es lo que quiero. En Argentina la mano de obra es un poquito más cara, pero me entienden enseguida y somos parte de la misma cultura. Entonces, dejo de tercerizar en China y tercerizo en Argentina”. Esa empresa uno dice “No, pero son desarrolladores de software”. No, esa empresa necesita un cadete, secretarias, telefonistas, asistentes, mucha mano de obra de todo tipo de capacitación y de todo tipo de edades. Entonces, hay muchas oportunidades realmente ahí afuera. Pero la pregunta es cómo las discutimos de una manera un poco más estratégica. Y así como en algún lugar tiene que estar reuniéndose esta gente, poder lograr un conglomerado de mentes que puedan pensar esto y proponer cosas, también creo que las leyes no tienen que hacer cosas que no tienen que hacer. Hay un montón de cosas de esta ley que en realidad tienen que estar reglamentadas por la ley de defensa de la competencia posteriormente o tienen que estar vigiladas por la ley de defensa de la competencia. Lo malo es que, cuando las instituciones no cumplen su rol... La ley de defensa de la competencia además implica la creación de un tribunal autónomo, independiente, que debería estar mirando estas cosas. Como eso no se hace, se pone la reglamentación en otro lugar y terminamos realmente con mucho cambalache jurídico. Tenemos que ver cómo se expanden estas tecnologías para darle a Argentina oportunidades que realmente tiene y que puede aprovechar si nos ordenamos un poquito. A mí me toca viajar relativamente bastante —a Tito también, así que me va a entender—: a veces uno cuando va a un hotel paga una tarifa de hotel, y dice “Acceso a Internet WI—FI, US$12 desde el cuarto”. “¿Por qué carajo vale US$12 desde el cuarto?”. Hubo una discusión acá entre hoteleros una vez que fui a dar una charla donde un hotel muy importante de la ciudad de Buenos Aires dijo “Yo el WI—FI lo doy gratis, no lo cobro, porque yo considero que, para venir a mi hotel, por el tipo de gente que viene, decirle que tiene que pagar WI—FI es lo mismo que decirle que tiene que pagar por la luz y por el agua”. En realidad, la visión de este hotel es lo que uno quiere para toda una sociedad: que piense que el acceso a Internet barato, rápido, fácil, tiene que ser como el acceso al agua, a la luz y al gas. Pero eso es solo una pregunta. Después me parece que nos tenemos que preguntar, si tenemos todos banda ancha, qué le vamos a poner a la banda ancha.

No es una discusión del vehículo; es una discusión mucho más importante si queremos caminar en el sendero de ese país que estaba tratando de imaginarme hace poco. Tengo la suerte de pertenecer a una red que se llama “Jóvenes Líderes Globales”, donde está el fundador de Wikipedia, el fundador de Google, hay un francés que es asesor de Sarkozy en estos temas, que una vez le volteó a un gobierno francés una ley entera del tema de contenidos digitales en dos horas en Facebook. ¿Por qué? Porque, como la tenían a paquete cerrado y la habían bajado al Senado, él consiguió que uno de los senadores le diera inmediatamente una copia digital, y ya había organizado una red en el mundo donde cada especialista en un sector de la ley la estudiaba y hacía las modificaciones y hacía las críticas; y la hora y media tenía destrozada la ley en todos los despachos de los senadores. Una de las cosas que me ocurren cuando me toca compartir estos ámbitos con esta gente es que me siento un analfabeto en términos digitales. Realmente nosotros estamos muy lejos de ser digitales. Ustedes saben que hay esta distinción entre el que es nativo digital, que son las generaciones más jóvenes, que lo toman como natural, y todos nosotros, que somos lo que se llama inmigrantes digitales. Cuando uno ve la diferencia de uso de todos estos canales en la Argentina, inclusive en las clases más pudientes, y lo que se hace cotidianamente en otros países, uno se siente no solamente que es un inmigrante sino que es un inmigrante que ni siquiera habla el idioma local. Nos falta mucho. No es solo...

En términos de plataformas creo que inclusive estamos mejor que en términos de aprovechamiento general de esas plataformas, y esas son grandes discusiones que tenemos que dar. El tema del tamaño de empresas, si es grande o chica... Lo que decía Tito es absolutamente cierto: no hay industria en la cual la empresa que era chiquita ayer es enorme hoy. Entonces, no es un tema de cuál es grande, cuál es chica. Es un tema de permitir la innovación porque las empresas crecen rápido. Hoy hay empresas gigantescas que no existían hace 10 años o 20. ¿Dónde estaba Amazon, dónde estaba Google? Microsoft es más vieja; uno dice Apple... Pero hay otras que hasta nos preguntamos qué es lo que hacen, y son gigantescas de la noche a la mañana. Entonces, acá cuando hay tanta innovación lo importante es permitir la innovación y después es discutir qué cosas le vamos a poner adentro. En esta red hay muchos emprendedores u organizaciones sociales que hacen un montón de cosas distintas, y que, como entienden la tecnología, la aprovechan; y hay todo un campo de estudio y de actuación hoy que se llama “tecnología de la información y las comunicaciones para el desarrollo”. Solamente en el Banco Mundial hay 200 personas dedicadas a esto. ¿Qué hacen? Ven cómo se pueden utilizar las plataformas tecnológicas para mejorar o para acelerar el desarrollo en términos de innovaciones y finanzas, por ejemplo; ¿banca móvil o no banca móvil?, ¿puedo reemplazar una sucursal o...? No hay un banco en áfrica tan fuerte en algunos países donde monto un montón de sucursales y accedo...

Lo puedo hacer nada más que con mi celular. Tengo que hacer la denuncia por algún tipo, tengo que llevar mi legajo técnico, también. Soy un productor agrícola chiquitito en áfrica y quiero averiguar en cuál de las aldeas cerca me conviene vender: tengo los precios online. Todas estas cosas existen y mejoran la calidad de vida cotidiana. Hay programas de aprendizaje de lenguaje a través de programas de software que son muy pero muy buenos que los utilizan grandes instituciones americanas, e inclusive instituciones gubernamentales. ¿Por qué no pueden estar disponibles en todas las escuelas, si la plataforma es adecuada? Hay programas donde, por ejemplo, para ver si los maestros van o no van a enseñar, que esta es una discusión que tenemos en la Argentina: hay un montón de docentes, pero no van. ¿Saben qué hacen algunos países? Les regalan una cámara digital, y todos los días la profesora o el profesor se tiene que sacar una foto con la clase.

Es un chiche que les encanta, y les encanta sacarse la foto; no sospechan que detrás de eso hay un mecanismo de control de si dan clases o no dan clases. Entonces, la verdad que si abrimos la cabeza, hay un montón de estas cosas. Una de las personas de esta red Jóvenes Líderes Globales es un indio. ¿Qué hizo el indio? Tiene un programa de aprendizaje del propio idioma, del indio, fantástico. Ustedes saben que India tiene la industria cinematográfica más grande del mundo. Entonces, ¿qué hacen? todas las películas que producen las dan en las escuelas, pero las dan subtituladas en el mismo idioma. La velocidad a la que la lectocomprensión se acelera cuando están viendo imágenes y leyendo abajo es fenomenal. Entonces, no es una discusión... Acá estamos teniendo una primera discusión que es cómo accedemos, cuál es la tecnología, etcétera. Yo creo que después hay una discusión mucho más importante, que es qué es lo que le vamos a meter adentro. Y que exista Internet 2.0 amplía mucho más las capacidades. Tenemos algunas mejoras en (..) A mí me encanta mirar el canal Encuentro; mejoró un montón. Muy chiquito con respecto a lo que el mundo tiene ahí para ofrecernos. Entonces, da la sensación de que muchas veces, sobre todo en tiempos recientes, nos estamos olvidando de los porqués y de los paraqués en la Argentina. Antes hice una crítica a la Ley, que es: le faltan, por lo menos, alguna iluminación desde algunas perspectivas distintas, que no las hemos incorporado. Yo tengo una crítica adicional que es ¿Por qué los procesos con los cuales se trató la ley fueron como fueron? Me había anotad por acá. La Ley se presentó al Congreso, fue enviada al Congreso el 27 de agosto; el 16 del mes siguiente, es decir 19 días después, —ustedes saben que hay sesiones una vez por semana— ya estaba sancionada. En Diputados necesitaba dictamen de mayoría tres comisiones; 19 días después ya había sido aprobada en Diputados; y más o menos 20 días después estaba sancionada porque había sido aprobada en Senadores; y había tenido que pasar por cuatro comisiones y fue aprobada en una sesión especial de Senadores.

Entonces, resulta que tuvimos un mes en el Senado una ley que tiene todas las aristas que acabamos de hablar. Y me parece que esto es parte —con esto voy a terminar— de algo que nos está pasando, que es que nos olvidamos de los porqués y paraqués porque nos estamos transformando extremadamente en cortoplacistas en todos los ámbitos de nuestra vida; y entonces las cosas que son estratégicas se vuelven tácticas. Doy más ejemplos: uno dice “Pensemos diez iniciativas que sean sumamente importantes para el diseño de sociedad que vamos a tener a futuro. Diez” Nos juntamos en un lugar y empezamos a pensar cuáles son. No puedo saber las diez, pero les voy a decir cinco que para mi están entre las diez: la Ley de Medios: cómo es la relación de información con el resto del mundo; cómo son las tecnologías y el nivel de innovación de esas tecnologías y cómo la información producida acá y afuera fluye a través de las venas de nuestra sociedad.

Pregunta: ¿Es una de las diez leyes más importantes que podemos discutir para ver qué sociedad vamos a tener? Para mí sí. Segunda: La reforma previsional: Los sistemas de pensión en el mundo, los sistemas previsionales son el 35% del gasto de cualquier Estado moderno, y son el principal elemento de redistribución de cualquier país, aunque no lo veamos. Cuando se inauguró el primer sistema de pensiones, el alemán, (…) dijo: imagínense si los viejos, en lugar de tirar piedras contra los comercios estuvieran comiendo. Es un mecanismo de redistribución enorme; es el 35% del gasto de cualquier Estado moderno. ¿Es importante a futuro discutirlo para ver qué tipo de sociedad vamos a tener si aquellos que pusieron el hombre durante tantos años son retribuidos en la (…) vida que les corresponde? No tengo dudas que sí. Cuando un país tiene 30% de pobreza y además deterioró su distribución de ingresos fenomenalmente en los últimos 35 años.

El Subsidio Universal a la Niñez, ¿es uno de los temas más importantes que puede discutir como sociedad? No tengo absolutamente ninguna duda. La reforma política: cómo se respeta el voto, o la voluntad del ciudadano desde que pensa que va a votar hasta que termina sufragando y se cuenta. Si en ese proceso no va a haber ningún tipo de fraude; si el sistema a través del cual votamos está blindado para eso; si el sistema en sí, político cetrípeto o centrífugo, si estalla en un montón de partidos o si se concentra es cada vez más estable; quiénes pueden participar y cómo; qué limites al que tiene mucho dinero o al que tiene mucho poder. ¿Todas estas cosas para una democracia son vitales? Sí, son absolutamente vitales. Otra más —ahí van cuatro—. Quinta: En un país con el nivel de inflación que hemos tenido en el pasado de nuestra historia con respecto al aumento de lso precios. Hay pocas cosas...

Tito decía “Hay algunas cosas en que los economistas estamos de acuerdo y además parece que hemos aprendido” Bueno, en los 80 vivíamos en un mundo de inflación en todos lados, dos dígitos en Estados Unidos; en todos lados. Por algo que la inflación que nosotros vamos a tener este año es la tercera en nivel en el mundo. Me dicen “¿Pero cómo 25%, 30%, terceros en el mundo?” En la época actual sí. Entonces, la autonomía del Banco Central, ¿qué calidad de autonomía y para qué? ¿Es importante? Para mí sí. Son cinco. Ahora, son cinco cosas que hemos discutido; el tema es que nunca discutimos para qué y se discutieron más o menos. Voy a ser un poco exagerado: hay una sesión de Diputados y una sesión de Senadores y nadie entiende qué estamos discutiendo.

Entonces, creo que el problema es que estamos volviéndonos cortoplacistas y tenemos que profundizar nuestro cortoplacismo y tenemos que dar un pasito atrás y volver a preguntarnos los porqué y los para qué de cada cosa, y me parece que, mal o bien, esto se ha puesto en discusión no solo en el seno de la sociedad sino en ámbitos como estos; y creo que deberían ser profundizados, repetidos y ampliados a futuro, así que los felicito.